Joël Dicker
Traducción: Juan Carlos Durán Romero
Alfaguara 2013
ISBN: 9788420414065
El ya intencionalmente reconocido Joël Dicker nació en Suiza el año 1985. Su primera novela, titulada Los últimos días de nuestros padres, terminada en 2009 y que ninguna editorial quiso publicar fue la ganadora de los premios Prix des Ecrivains Genevois, premios que se otorgan cada 4 años a novelas sin publicar. No fue hasta principios del 2012 que la obra finalmente salio a la luz, el mismo año que se publicó La Vérité sur l’Affaire Harry Quebert, la obra que le catapultó definitivamente a la fama y que ha sido traducida a 33 idiomas. Después de recibir el favor del publico y de la crítica la obra ha sido galardonada con el Premio Goncourt des Lycéens, el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa.
Sinopsis:
Quién mató a Nola Kellergan es la gran incógnita a desvelar en este thriller incomparable cuya experiencia de lectura escapa a cualquier tentativa de descripción. Intentémoslo: una gran novela policiaca y romántica a tres tiempos −1975, 1998 y 2008− acerca del asesinato de una joven de quince años en la pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire. En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor −Harry Quebert, autor de una aclamada novela−, y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan. Poco después, Harry es arrestado, acusado de asesinato, al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras intenta demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz. La verdad sólo llega al final de un largo, intrincado y apasionante recorrido.
Durante el verano pasado parecía que esta obra me persiguiese allí donde fuese: todos los blogs tenían reseñas de La verdad sobre el caso Harry Quebert, todas las librerías, quioscos, supermercados... lo tenían expuesto en uno o varios stands super visibles del comercio, anuncios miles en la prensa y como no, aparecía en cualquier charla que girara al rededor de la lectura ¿Cómo podía resistirme a tal tentación?. La verdad es que no tengo ni idea de como conseguí aguantar la presión y las exclamaciones de sorpresa de: ¡¿No has leído el Caso Harry Quebert!? ¿Pero cómo puede ser si es buenísimo? Pero a pesar de las ganas que tenía de leerlo no fue hasta hace poco que empecé con él.
Tanta buena prensa y tanta buena crítica me hicieron empezar la obra con ciertas reservas, ¿serían tan bueno como me habían dicho o realmente sería otro best seller de lectura ágil y ligera que atrapa al lector pero que realmente no aporta nada? ¿Habría tenido algo que ver la enorme campaña publicitaría que se dedico durante varios meses tras la publicación de este boom internacional de Joël Dicker?
Tras haber terminado la novela debo confesar que siento una mezcla de las dos opiniones. Creo que la obra está bien pero que tampoco se merecía todos los elogios desmesurados que se le llegaron a aplicar. El argumento es original y mantiene en vilo al lector durante toda la obra, pero la pluma del autor es lo que no ha terminado de encajar con mis gustos.Como todas las bondades de la obra se han repetido hasta la saciedad me voy a centrar en aquello que no me ha gustado.
Creo que el ritmo es demasiado inestable durante toda la obra, hay momentos apasionantes pero muchos tediosos en los que estaba deseando terminar ya con ella. A menudo me sentía dentro de un circulo del que no podía salir ya que la historia da vueltas y vueltas sobre lo mismo sin adelantar a penas durante largas y largas páginas.
Parece que el autor quiera sorprender tanto al lector con un final inesperado y espectacular que deba usar todas las artimañas habidas y por haber para engañar al lector y retenerlo una y otra vez en un sinsentido de pistas que no llevan a ningún sitio. Me sentí un poco mareada con tanto ir y venir, tanta repetición y tan poco progreso. Me hubiese gustado más una lectura más directa y sin tanto relleno.
La verdad, he quedado un poco decepcionada con la lectura de La verdad sobre el caso Harry Quebert ya que no ha cumplido las expectativas que tenía de él, tal vez sea culpa del exceso de publicidad de la misma o tal vez sea que este tipo de narrativa no está hecha para mi.
Para terminar me gustaría destacar la portada de la obra, en la que aparece forma claramente visible el traductor de la misma Juan Carlos Durán Romero. Creo que sería hora de normalizar de una vez por todas el enorme trabajo que hacen los traductores y darles el reconocimiento que se merecen. ¿Cuantas de las obras que has leído esto año hubieses leído sino existiesen los traductores? La verdad es que yo muy pocas y me encantaría reconocer desde aquí su trabajo.
Enlaces de interés:
Qué pena que no te haya gustado del todo. A mí sí me pareció una obra fantástica, con un ritmo trepidante y adictiva. Y ni que decir tiene que suscribo tu último párrafo. Poco a poco los traductores vamos apareciendo en las portadas.
ResponderEliminarUn besito.
Xavi espero que en poco tiempo no tengamos ni que mencionar que se destaca el trabajo de un traductor porqué sea algo impensable que no se haga. Gracias por el trabajo que hacéis.
EliminarPetonets