Cita de la semana

Hace un montón de años, cuando entonces tenía 11 años y ya era una gran lectora, unas vacaciones vi en casa un libro que dejó mi primo mayor en un sofá (ya por aquél entonces no podía evitar cotillear cualquier libro que estuviese al alcance de mis ojos) y que puedo decir, sin exagerar, que marcó mi infancia y adolescencia. Por aquél entonces, ya leía unos buenos tochos y me pareció curioso que una persona  mucho más mayor que yo estuviese leyendo "ese libro". Seguro que era un libro infantil, ¿cómo no iba a serlo un libro que el protagonista era un niño que descubría que era mago? Mi primo estaba maravillado con la historia y me dijo que era buenísimo y tenía que leerlo, yo dudé que fuese a gustarme una historia así, pero finalmente decidí darle una oportunidad. Por aquél entonces ese libro era un desconocido en nuestro país, así que realmente no sabía a que atenerme, no tenía ni idea de lo que me esperaba y lo que llegaría a marcarme el inicio del que actualmente es la saga juvenil por excelencia, el inicio de la historia del Harry Potter. Estoy segura que lo hubiese leído igual una vez salió el bombazo, pero el hecho de empezar la saga sin saber que había más novelas, teniendo la misma edad que el protagonista y sin ninguna idea preconcebida ni ningún tipo de información fue un regalo maravilloso. Realmente es una historia que me marcó como niña y como lectora. Por eso la cita de la semana de hoy es por una de las frases que más recuerdo de este precioso inicio de historia, una frase que tiene mucho más de lo que aparenta de buenas a primeras y que tendrá gran importancia a lo largo de la saga:

El Señor Olivander dijo de forma muy acertada a un joven e inocente Harry Potter en La Piedra filosofal:

Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Harry Potter... Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas... terribles sí, pero grandiosas. 

Una cita breve, pero muy importante en toda la saga y la historia de Harry Potter, un personaje que ha marcado a muchas personas.