Adolfo Bioy Casares.
ALIANZA EDITORIAL, 1999
ISBN 9788420638393
Adolfo Bioy Casares, autor argentino, nació en Buenos Aires el 15 de Septiembre de 1914 y falleció en la misma ciudad el 8 de Marzo de 1999. Entre las obras de Adolfo Bioy encontramos novelas de literatura fantástica, policial y de ciencia-ficción. Colaboró en varias ocasiones con Jorge Luis Borges, al que le unía una gran amistad y al que en parte le debe su reconocimiento. El propio Borges en el prólogo de La invención de Morel escribió que no le parecía "una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta". Bioy ha sido considerado por la crítica uno de los más notables escritores argentinos, tanto es así que en 1990 Adolfo Bioy Casares recibió el Premio Miguel de Cervantes.
Sinopsis:
Un fugitivo acosado por la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pero un día, ese hombre solitario siente que ya no lo es porque en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones. Ése es el punto de partida del misterio.
Este libro suele catalogarse dentro del género de la ciencia-ficción, aunque algunos cuestionan la pertencia a este género. Debo confesar que no soy una gran lectora de ciencia-ficción pero que este libro me cautivo. Fue un regalo de cumpleaños de un amigo, que sabiendo de mi pasión por la lectura me regalo este libro que para él era tan especial. Al principio me costó meterme en la historia, tanto por la prosa como por la historia en sí, pero una vez cogí el hilo, me enamoró. Es un libro especial, con un gran trasfondo. Sin duda será una futura relectura.
Como dato curioso esta foto de una escena en la cuarta temporada de la serie Lost, donde aparece el personaje Sawyer (interpretado por Josh Holloway), leyendo esta novela de Adolfo Bioy Casares. ¿Será casualidad que el protagonista de la novela sea un delincuente atrapado en una isla del Pacífico?
Algunas citas:
- No creo indispensable tener un sueño por realidad, ni la realidad por locura.
- Estas líneas permanecerán invariables, a pesar de la flojedad de mis convicciones.
- Me conmovía el pavor de estar en un sitio encantado y la
revelación confusa de que lo mágico aparecía a los incrédulos como yo,
intransmisible y mortal, para vengarse.
- Queda el más increíble: la coincidencia, en un mismo espacio, de un
objeto y su imagen total. Este hecho sugiere la posibilidad de que el mundo
este constituido, exclusivamente, por sensaciones.